Antiguamente llamada Aimeo o Aimeho, Moorea se distingue por su nombre de una leyenda donde aparece un lagarto amarillo (mo'o rea) habría formado, con un movimiento de cola, las dos famosas bahías de la isla: la de Opunohu y la de Cook, que lleva el nombre del navegante del siglo XVIII.

Verdadero refugio para los habitantes de Tahití en busca de descanso y cambio de aires, Moorea seduce por su belleza natural y su atmósfera relajante.

Huellas históricas

Moorea alberga magníficos sitios históricos, incluidos los marae de Nuurua, Nuupere y Umarea, testigos de su pasado sagrado.

En 1808, los misioneros protestantes se establecieron en Papetoai, donde en 1827 construyeron un templo octogonal sobre el antiguo marae de Taputapuatea, dedicado al dios Oro. Este edificio, el más antiguo construido por europeos en el Pacífico Sur, sigue siendo un lugar emblemático de la isla.

Paisajes encantadores

Conocida por sus plantaciones de piña, Moorea ofrece una naturaleza exuberante, salpicada de cascadas como la de Afareitu, de 80 metros de altura, y playas de arena blanca, como Temae, cerca del aeropuerto, y Haapiti, frente al motu.

Estos islotes, a los que se puede acceder en barco, invitan a disfrutar de agradables picnics en familia o con amigos.

El monte Rotui, que separa las dos profundas bahías de la isla, está vinculado a la leyenda de que un pulpo divino protege Moorea, encarnando la paz y la unidad. Esta montaña, famosa por sus sabrosas piñas, ofrece caminatas con panoramas espectaculares. Una visita a la cercana fábrica de zumos y destilería le permitirá degustar productos locales.

Actividades variadas

El monte Tohiea, apodado el Diente de Tiburón, es el punto más alto de Moorea. Con vistas a la bahía de Opunohu, atrae a artistas y filósofos por la belleza de sus paisajes.

El Belvedere, al que se accede por una pequeña carretera de montaña, ofrece una vista panorámica de las bahías y montañas de los alrededores. En el camino, las paradas en Titiroa o Afareaito marae, así como en la granja de Opunohu High School, enriquecerán la experiencia. Desde este punto se llega al Col des Trois Cocotiers, situado entre las montañas de Tohiea y Mouaroa.

El punto de vista desde Toatea revela una imagen magnífica: la playa de Temae con Tahití al fondo.

Mou'a Puta, la montaña horadada que se ve desde el paso de Vaiare, es otra impresionante curiosidad natural.

Actividades marinas y relax.

Los amantes del golf apreciarán el Moorea Golf Club, cerca del aeropuerto, que ofrece un campo de 18 hoyos apto para todos los niveles.

En las aguas de Moorea, el buceo con rayas y tiburones hace las delicias de los amantes de las sensaciones marinas. Una experiencia única te permite nadar con delfines, mientras que entre julio y octubre se pueden observar ballenas y sus crías.

El Intercontinental Moorea Resort & Spa alberga una clínica de tortugas marinas, donde son tratadas antes de ser liberadas en su entorno natural.

Accesible en barco o avión, Moorea, con su riqueza natural y cultural, promete recuerdos inolvidables.